Biografia
Hernando Tejada nace el 1 de febrero de 1924 en Pereira, Risaralda. Es el segundo de 5 hijos del matrimonio entre José Tejada e Ismenia Sáenz, entre los que se cuenta otra extraordinaria artista: Lucy.
Después de perder prematuramente su casa en Manizales, según cuenta la anécdota familiar, sus padres emigran hacia Cali, en 1937. Hernando Tejada o Tejadita, como le llamaban sus amigos, seguramente por aquello de sus 1,50 m de estatura, poseía así una inconfundible ascendencia paisa, pero fue en la Sultana del Valle donde sembró su corazón, donde se formó y desarrolló la mayor parte de su obra artística.
Inicialmente, Hernando estudia en el colegio San Luis de los Hermanos Maristas. En esta institución cursará los años escolares elementales, e irá clarificando su interés por el dibujo, de manera que posteriormente continuará con sus estudios en Bellas Artes, también en Cali, donde recibió sus primeras lecciones de dibujo. Más tarde, proseguiría su preparación artística en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Bogotá, donde completará sus estudios académicos que incluía pintar al óleo y al temple, acuarela, bodegón, retrato y modelo.
«Gozo y me divierto mucho con mi trabajo; por eso he resistido tantos años. No sé hasta cuándo seguiré trabajando en la madera; no hago nada por obligación, hago lo que me da la gana, invento, investigo, creo cosas… Aprecio cada minuto de mi actividad, sobre todo ahora que veo que muchos de mis amigos se han ido»
H. Tejada
Dueño de una imaginación exaltada y vivaracha, una mano de obra maestra y un talante de genio creador, Lucy, su hermana, describe su creación artística como (…) Llena de gracia, llena de vida, juguetona, insinuante, su obra es todo menos superficial. Tanto sus obras mayores, sus mujeres objetos, o mujeres muebles o el organillero, en cuya elaboración tardó más de 5 años, no surgían del primer trazo. Tras cada una de las obras menores o mayores de Hernando Tejada hay un trabajo serio, meticuloso y crítico*.
Tras el genio de Tejada subsiste una vastísima obra que incluye dibujos, pinturas, escultura, fotografía y hasta audiovisuales. Sin embargo, es de reconocer que todo su talante artístico se desarrolla principalmente a través de la pintura y la escultura.
En lo que respecta a la pintura, Tejada aprendió la técnica del fresco a través de Luis Ignacio Gómez Jaramillo, su profesor en la Universidad Nacional de Bogotá, quien a su vez había desarrollado esta técnica renacentista en México al lado de muralistas consagrados como Rivera y Orozco. Dentro de su producción en mural son famosos en Cali sus colosales frescos Historia de Cali y Historia del transporte, ambos de 190m2. Además del mural.
En su exploración sobre el retrato, Tejada intenta alejarse de sus descubrimientos trabajando el mural. En su exploración en este campo recurre al pastel, la sanguinoa, el carboncillo, materiales bastante delicados. Pinta principalmente y con mayor gusto retratos de sus amigas, sin embargo también acepta encargos particulares que le soluciona problemas económicos, pero que no le abre caminos. Con el retrato corre el riesgo de repetirse, esta técnica no le permite explorarse como artista.
En su obra pictórica trabaja preferiblemente con el óleo aún cuando también hace uso de las témperas. En la mayor parte de sus creaciones utiliza los colores puros y sin empastes ni transparencias. Echa mano principalmente de formatos medianos y pequeños al igual que la mayoría de los pintores de su generación.
Alrededor de la escultura, su obra no es menos fecunda. Esta técnica es desarrollada por el maestro Tejada a partir de la madera y el bronce. En madera son íconos de su obra la serie denominada las mujeres muebles: Estefanía, la mujer Telefonía; Rosario, la mujer Armario; Abigail, la mujer atril; Mónica, la mujer filarmónica… y así, una serie de efigies con nombres femeninos cuyo sentido es rimar con alguna funcionalidad específica sobre la cual fueron pensadas y diseñadas. Esta serie combina la fascinación de Hernando por las mujeres y su idea del movimiento y la funcionalidad. Por otro lado es imprescindible no pasar por alto la representativa serie de esculturas de Manglares: manglar de la serpiente, manglar del cangrejo, manglar de la garza blanca, manglar del pelícano… En conjunto, una de sus obras maestras que, valga mencionarlo, marcaron el colofón de su vida pública como artista en exposiciones como la de expo-Lisboa, en Portugal.
En bronce, vale destacar la que termina siendo quizás, la muestra popularmente más representativa de su obra: el gato del río, un regalo suyo de 3.30 m para Cali. En la sonrisa picaresca que exhibe el felino es posible presentir mucho del espíritu artístico de Tejada en sus obras: aquel aliento juguetón, burlesco y amable de la vida que marcarán la esencia de su arte.
Es en este sentido que la obra artística de Hernando Tejada es descrita por Antonio Montaña como:(…)Risueña, no doctoral: sencilla, no grandilocuente. Original y no extraída como quien no quiere la cosa, de catálogos ajenos. Y porque en lugar de correr pregonando su importancia, Tejada la deja ir saliendo de su estudio sin otra marca que la de su profunda y radical honestidad. Es diáfana: (…) No requiere explicación: esta ahí y simplemente, limpio, desnudo. Le sobran palabras. Tiene la milagrosa solidez que asombra al poeta de una espiga: es, simplemente, una forma creada por la vida. Y la presencia, entonces, de lo indefinible. **
La mayor parte de su obra pasó, casi necesariamente, por el Museo de Arte Moderno La Tertulia, en Cali, pero también se paseó por galerías de Bogotá, Medellín y su natal Pereira. De igual manera, las muestras de su genio creador también deambularon por América y los epicentros de la alta cultura europea. Son a menudo estos viajes tanto al Viejo Continente como sus visitas a parajes nacionales como San Andrés y Providencia o el trópico del Pacífico tumaqueño exaltan y hacen florecer el espíritu creador de Tejada.
Luego de varias décadas de producción artística desde que presentó sus primeros trabajos oficialmente al público en la década de los 40, el genio travieso y creador de Hernando tejada se apagaría el 1 de junio de 1998, a los 74 años y luego de varios días de hospitalización.
Biografía: El Centro Virtual Isaacs: Portal Cultural del Pacífico Colombiano